"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua."


Ya perdoné errores casi imperdonables. Intenté sustituir personas insustituibles y olvidar personas inolvidables. Ya hice cosas por impulso. Ya me decepcioné de personas que pensé que nunca me decepcionarían. Pero también yo decepcioné a alguien. Ya abracé para proteger. Ya reí cuando no podía. Ya hice amigos eternos. Ya amé y fui amado, pero también ya fui rechazado. Ya fui amado y no supe amar. Ya grité y salté de tanta felicidad. Ya viví de amor e hice juramentos eternos, pero fallé muchas veces. Ya lloré oyendo música y viendo fotos. Ya llamé sólo para escuchar una voz. Ya me apasioné por una sonrisa. Ya pensé que me moriría de tanta tristeza. Tuve miedo de perder a alguien muy especial (y lo acabé perdiendo), ¡pero sobreviví! Y todavía vivo. No paso por la vida y tú tampoco debería pasar. Es bueno ir a la lucha con determinación. Abrazar a la vida con pasión. Perder con clase y vencer con osadía. Porque el mundo pertenece a quien se atreve. Y la vida es mucho para ser insignificante.
P-I-U-M balazo para mi