[...] La mayoría solo serán enamoramientos pasajeros, que no dejan huella, pero sí dejan rencores, que lo único que hacen es amargar tu vida, pero tú dales la espalda, vive con el corazón no con la mente, piensa antes de actuar y no después de pagar, no lastimes corazones ajenos, pues corazones ajenos te lastimarán a ti [...]
Solamente pasaba diez minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él.